Mi marido no me quiere

Las relaciones pueden ser complicadas y es importante abordar los problemas de comunicación y las preocupaciones emocionales de manera adecuada. Aquí hay algunas sugerencias sobre cómo puedes lidiar con esta situación:

  1. Comunicación abierta: Habla con tu esposo sobre tus sentimientos y preocupaciones. Expresa tus inquietudes de manera clara pero respetuosa, y bríndale la oportunidad de compartir sus propios sentimientos. La comunicación abierta puede ayudar a identificar los problemas subyacentes y encontrar soluciones juntos.
  2. Escucha activa: Presta atención a lo que tu esposo está comunicando. Intenta comprender su perspectiva y emociones. A veces, la falta de sentirse amado puede ser resultado de problemas de comunicación o desafíos personales que tu esposo pueda estar enfrentando.
  3. Busca asesoramiento: Si sientes que la comunicación entre tú y tu esposo es difícil o si los problemas persisten, considera buscar ayuda de un terapeuta de pareja. Un profesional puede proporcionar orientación imparcial y herramientas para mejorar la relación y trabajar en los problemas de falta de amor y conexión emocional.
  4. Reflexiona sobre tus propias necesidades: Asegúrate de cuidar de ti misma y de tus necesidades emocionales. Si sientes que tu bienestar está siendo afectado de manera negativa en la relación, es importante tener en cuenta tus propios límites y considerar si la relación es saludable para ti.

Recuerda que cada relación es única y el camino a seguir puede variar según las circunstancias individuales. Si bien estos consejos pueden ser útiles, es importante que confíes en tus propios sentimientos y tomes decisiones que te brinden felicidad y bienestar a largo plazo.

Me voy a casar pero no me siento feliz

El matrimonio es una decisión importante y es normal tener dudas y preocupaciones antes de dar ese paso. Es esencial que te tomes el tiempo necesario para reflexionar sobre tus sentimientos y considerar las razones detrás de tu falta de felicidad.

Aquí hay algunas preguntas que podrías hacerte para evaluar tu situación:

  1. ¿Cuáles son las razones específicas por las que no te sientes feliz? ¿Hay aspectos del compromiso que te preocupan o te generan ansiedad?
  2. ¿Te sientes presionado o influenciado por factores externos, como expectativas familiares o sociales, para casarte?
  3. ¿Has compartido tus sentimientos con tu pareja? La comunicación abierta y honesta es fundamental en una relación de pareja, especialmente antes de tomar decisiones importantes como el matrimonio.
  4. ¿Te sientes realmente listo para comprometerte en el matrimonio en este momento de tu vida? Tal vez necesites más tiempo para reflexionar y considerar si estás en el lugar adecuado emocional y mentalmente para dar este paso.
  5. ¿Has considerado buscar asesoramiento profesional, como terapia de pareja o individual, para explorar tus sentimientos y opciones?

Me voy a casar pero no me siento feliz

Recuerda que no estás solo/a y que muchas personas experimentan dudas y preocupaciones antes de casarse. Es importante escucharte a ti mismo/a y tomar decisiones basadas en tus propios sentimientos y necesidades.

Si descubres que no estás listo/a para casarte o que el matrimonio no es la opción correcta para ti en este momento, es válido reevaluar tu situación y tomar decisiones que te hagan feliz y te brinden bienestar a largo plazo.

Pueden asaltarte las dudas, es algo normal pero lo importante es aclarar cómo saber si es una crisis o el final de la relación de pareja o matrimonio.

¿Cómo saber si un matrimonio va a durar?

Determinar si un matrimonio va a durar es algo difícil de predecir con certeza absoluta, ya que cada relación es única y está influenciada por una amplia variedad de factores. Sin embargo, hay algunas señales y aspectos que pueden indicar una mayor probabilidad de duración y estabilidad en un matrimonio. Aquí hay algunos puntos a considerar:

  1. Comunicación efectiva: Una comunicación abierta, sincera y respetuosa es fundamental para un matrimonio duradero. Ambos cónyuges deben ser capaces de expresar sus necesidades, preocupaciones y emociones de manera clara y escuchar activamente a su pareja.
  2. Respeto mutuo: El respeto es vital en cualquier relación duradera. Ambos cónyuges deben valorar y apreciar las opiniones, deseos y fronteras del otro. Esto implica tratar a la pareja con amabilidad, consideración y empatía.
  3. Compromiso: La disposición de ambos cónyuges para comprometerse y trabajar juntos en la resolución de conflictos y desafíos es un indicador importante de la duración del matrimonio. Esto implica estar dispuesto a ceder en ocasiones, buscar soluciones mutuamente beneficiosas y mantenerse comprometidos con la relación a largo plazo.
  4. Compatibilidad y valores compartidos: Una base sólida de compatibilidad en términos de metas, valores, intereses y expectativas de vida puede fortalecer la relación. Si ambos cónyuges tienen una visión similar del futuro y comparten principios fundamentales, es más probable que encuentren satisfacción y entendimiento mutuo.
  5. Resolución de conflictos: Todos los matrimonios enfrentan desafíos y conflictos en algún momento. Lo crucial es cómo se abordan y resuelven esos problemas. Las parejas que pueden comunicarse de manera respetuosa, encontrar soluciones constructivas y perdonarse mutuamente tienen más probabilidades de superar los obstáculos y mantener una relación duradera.
  6. Apoyo mutuo: La capacidad de brindarse apoyo mutuo en tiempos difíciles es una característica importante de un matrimonio sólido. Estar ahí para el otro en los momentos de alegría, tristeza, éxito y fracaso puede fortalecer la conexión y la confianza entre los cónyuges.
  7. Flexibilidad y adaptabilidad: La vida está llena de cambios y desafíos inesperados. Los matrimonios duraderos suelen tener la capacidad de adaptarse y ajustarse a las circunstancias cambiantes. La flexibilidad, la disposición a comprometerse y la capacidad de enfrentar los desafíos juntos pueden ayudar a fortalecer la relación.

Recuerda que estos puntos son solo indicadores generales y no garantizan la duración de un matrimonio. Cada relación es única y requiere esfuerzo y compromiso continuos de ambas partes para mantenerla fuerte y saludable. Si tienes preocupaciones acerca de tu matrimonio, considera buscar la orientación de un consejero matrimonial o terapeuta de parejas, quienes pueden ayudarte a abordar los problemas y encontrar formas constructivas de fortalecer tu relación.

Diferencias económicas entre separación y divorcio

No existen diferencias económicas entre la separación matrimonial y divorcio.

La diferencia será el efecto de la declaración, pues la separación suspende la vigencia del vínculo matrimonial (cabe reconciliación futura) y el divorcio disuelve el vínculo matrimonial.

El precio, plazo y proceso de tramitación de una separación y divorcio es la misma.

Diferencias económicas entre separación y divorcio

Antes de tomar la decisión de ruptura muchos matrimonios se preocupan de como saber si es una crisis o el final, pues antes de tomar una decisión lo más prudente es cerciorarse de que es una decisión correcta y acertada.

Si decide tomar la decisión de poner punto y aparte a su matrimonio con la separación o punto y final con el divorcio, los efectos económicos son los mismos:

  • Se disuelve el régimen económico matrimonial.
  • Se determina el derecho de uso del domicilio familiar, procedencia o no de pensión compensatoria y fijación de deudas o cargas familiares.
  • Respecto de los hijos, tanto en separaciones como divorcio, se deben de fijar las medidas paternofiliales, tanto patria potestad como guarda y custodia, derecho de visita, pensión de alimentos.

Por ello, lo que deberán de decidir es si quieren separarse o divorciarse, pues las medidas económicas son las mimas en ambos casos.

El consejo de nuestros abogados es que acuda a asesorarse a su abogado de familia para resolver las dudas previas que les permitan tomar las decisiones que necesite su familia.

Muchas parejas normalizan frases como:

No hay que idealizar las relaciones, sino ser realistas y buscar el apoyo adecuado: En lo jurídico un abogado de familia y en los emocional un psicólogo o terapeuta.

Como saber si es una crisis o el final de la pareja

Para saber si es el final de la pareja o una crisis pasajera y superable deberás de valorar si alguno de los dos prefiere terminar definitivamente.

En ocasiones concebimos las relaciones de pareja desde un punto de vista unilateral pensando que depende de nosotros, pero depende de los dos. Incluso haciéndolo todo bien, sin que aparentemente haya un motivo para la separación, podrá ser el final de la pareja si así lo decide nuestra pareja.

Como saber si es una crisis o el final

La pareja no te la encuentras por la calle y de repente la puedes perder. Nada es casual, sino que todo es causal. Lo que se construye fuerte y sólido será más resistente a las posibles contingencias. Por el contrario, aquello que es débil y poco asentado lo más normal es que sea doblegado con las posibles dificultades.

Por ello, no debemos de sentir que las dificultades pueden con nosotros, sino que nosotros seremos los que deberemos de cimentar la relación de pareja con los refuerzos y apoyos que sean necesarios. Si lo que hacemos es no reforzar los pilares de la relación de pareja, pero sobrecargarla con vinculaciones como hijos, propiedades comunes, hipotecas… etc. Al tener una mala base, esa debilidad puede ser el motivo que precipite la caída.

Para saber si es el final en primer lugar deberemos de centrarnos en el principio y la continuidad de la relación. No es lo mismo que nosotros pensemos en que una relación fuerte y con futuro se acabe, lo que puede pasar pero es sorprendente, del final de una relación que realmente no es consistente.

Una relación sin futuro puede acabar en divorcio o ruptura, es el final, pero no un final inesperado, sino todo lo contario. Por ello, construye cuida y mantén las relaciones que quieres y son viables, pero deja a tiempo aquellas que se sabe que no pueden o deben mantenerse. Puede dar pena, pero debemos de ser realistas.

Quien paga los costes de un divorcio

Los costes del divorcio de mutuo acuerdo son parte del acuerdo de divorcio.

Los costes de un divorcio contencioso serán individuales de manera que cada cónyuge deberá de costear los de su instancia.

Otra cosa será cuanto cuesta un divorcio de mutuo acuerdo, pues la elección y proporción de pago de la minuta entre los cónyuges será parte del acuerdo a alcanzar.

Quien paga los costes de un divorcio en España

Quien paga los costes de un divorcio de mutuo acuerdo

Los costes de un divorcio de mutuo acuerdo deberán de satisfacerse por ambos cónyuges si así es reclamado por el abogado y procurador. En cambio, internamente los cónyuges podrán llegar a los acuerdos que estimen convenientes para el reparto del pago de los honorarios de los profesionales.

Lo normal y más habitual es que los cónyuges compartan abogado y procurador, pero es posible que cada uno de ellos vaya con su propia defensa y representación jurídica, caso en el que será claro que cada uno tendrá que pagar al abogado y procurador que ha contratado.

Existe un fórmula con la que se puede presentar la demanda que es el divorcio de mutuo acuerdo a instancia de uno de los cónyuges y con consentimiento del otro. En este caso al ser sólo cliente uno de los cónyuges, este será el obligado al pago de la minuta, pues será el que ha contratado los servicios profesionales.

Es importante conocer las diferencias entre la declaración de separación y divorcio, a pesar de lo cual no existen diferencias económicas entre separación y divorcio en relación a los costes del proceso. Ello deberá de concretarse por parte de cada profesional, pero el trabajo es el mismo y por tanto lo razonable es que el coste también lo sea.

Quien paga los costes de un divorcio contencioso

En un divorcio contencioso no se podrá compartir abogado, es por ello que cada uno tendrá que abonar los costes de la minuta de sus propio abogado y procurador.

Si existe derecho a abogado de oficio, para ese cónyuge no tendrá coste, pero el otro tendrá que realizar la contratación que considere oportuna, pues existe gran diferencia entre los costes de unos profesionales y otros.

Es perfectamente legal que un abogado tenga un precio muy bajo o alto, lo que debe de hacer, pues es su obligación, es informar a su cliente del precio.

Una vez terminado el proceso de divorcio, no se suelen imponer las costas procesales por la especial naturaleza de derecho de familia. A pesar de lo cual, si se aprecia mala fe procesa, temeridad o así lo determina el juez por su criterio, si se imponen las costas a uno de los cónyuges en el proceso de divorcio, deberá de costear no sólo la minuta de su abogado y procurador, sino además las del otro cónyuge.

Es como cuando dos novios sienten que me voy a casar pero no me siento feliz o cuando un matrimonio quiere divorciarse pero uno de ellos propone el pago de la minuta completa. Será muy importante delimitar desde el inicio si el abogado representa a uno o ambos cónyuges y quien abonará su minuta que todo cliente tiene derecho a conocer antes de recibir el servicio de asesoramiento.