Para saber si es el final de la pareja o una crisis pasajera y superable deberás de valorar si alguno de los dos prefiere terminar definitivamente.
En ocasiones concebimos las relaciones de pareja desde un punto de vista unilateral pensando que depende de nosotros, pero depende de los dos. Incluso haciéndolo todo bien, sin que aparentemente haya un motivo para la separación, podrá ser el final de la pareja si así lo decide nuestra pareja.

La pareja no te la encuentras por la calle y de repente la puedes perder. Nada es casual, sino que todo es causal. Lo que se construye fuerte y sólido será más resistente a las posibles contingencias. Por el contrario, aquello que es débil y poco asentado lo más normal es que sea doblegado con las posibles dificultades.
Por ello, no debemos de sentir que las dificultades pueden con nosotros, sino que nosotros seremos los que deberemos de cimentar la relación de pareja con los refuerzos y apoyos que sean necesarios. Si lo que hacemos es no reforzar los pilares de la relación de pareja, pero sobrecargarla con vinculaciones como hijos, propiedades comunes, hipotecas… etc. Al tener una mala base, esa debilidad puede ser el motivo que precipite la caída.
Para saber si es el final en primer lugar deberemos de centrarnos en el principio y la continuidad de la relación. No es lo mismo que nosotros pensemos en que una relación fuerte y con futuro se acabe, lo que puede pasar pero es sorprendente, del final de una relación que realmente no es consistente.
Una relación sin futuro puede acabar en divorcio o ruptura, es el final, pero no un final inesperado, sino todo lo contario. Por ello, construye cuida y mantén las relaciones que quieres y son viables, pero deja a tiempo aquellas que se sabe que no pueden o deben mantenerse. Puede dar pena, pero debemos de ser realistas.